El anarquismo es una corriente política que tiene su origen en el siglo XIX y que aparece como una de las corrientes del pensamiento y la práctica socialista que lucha contra el modelo capitalista de sociedad (bien diferenciada de la orientación marxista y socialdemócrata)El anarquismo insiste en la opresión política.
En el anarquismo hay una gran dificultad para definir un cuerpo de doctrina claramente delimitado, pero esa diversidad se plantea casi como constitutiva y nadie pretende imponer a nadie qué debe entenderse correctamente por anarquista. El anarquismo presenta una forma de realidad social y humana.
El rasgo más claro de los anarquistas es la crítica radial del poder. El origen de la miseria, las injusticias y las desigualdades sociales, hay que verlo en la presencia de relaciones de poder. Unos seres oprimen a otros, anulando su capacidad de llegar a ser personas plenamente desarrolladas.
La democracia representativa es la forma más sofisticada de preservar las estructuras de dominación aparentando que se respeta la voluntad popular. Es una institución cimentada en la violencia constante.
El anarquismo reivindica constantemente la libertad individual. No hemos nacido para obedecer, sino para ser libres. Sólo es libertad la que conquistamos con nuestro propio esfuerzo y la que nos merecemos cada día al ejercer nuestra capacidad de decisión; y sólo soy libre en una sociedad en la que me reconocen y tratan como tal otros seres libres.
El anarquismo es una teoría social y política profundamente solidaria. La exaltación de la competitividad como motor social tiene nefastas consecuencias y es menos eficaz en la resolución de los problemas que la cooperación.
Los anarquistas afirman que la mejor manera de controlar el poder es dividirlo al máximo, evitando que se produzca una concentración que al final termine con cualquier posibilidad de participación. Este modelo global de organización política es lo que los anarquistas llaman AUTOGESTIÓN.
Resumen de Obrero despedido, patrón colgado por Félix García Moriyón
Éste es el lema que suele escucharse con frecuencia en las manifestaciones de la C.G.T. Félix García Moriyón se manifiesta en contra de la pena de muerte y a favor de la no violencia activa, de la desobediencia civil y de otras estrategias no violentas. De toda la vida, la dominación se ha basado en última instancia en el uso de la violencia.
García Moriyón no cree que los cambios sociales profundos sean consecuencia de la aplicación de estrategias violentas, pero tampoco se considera un pacifista radical. Es decir, cree que en algún momento no queda más remedio que emplear la violencia como única manera de defenderse de brutales agresiones. Teniendo siempre claros tres principios básicos: estar bastantes seguros de que se va a ganar, calcular que la violencia va a ser la justa y durante un lapso de tiempo bien corto, y que se va a abandonar una vez modificada la situación de opresión que se quiere modificar.
García Moriyón comenta un artículo publicado en el periódico El País, en el que se detallan los sueldos de los altos cargos de las empresas españolas. "Cuando crece la desigualdad, se incrementa el paro y empeoran las condiciones laborales de los trabajadores, cuando la gente tiene que vivir con salarios exiguos, resulta especialmente insultante ver esos sueldos. Seguiré sin corear eso de <a obrero despedido, patrón colgado>, pero sin dudo se están mereciendo un castigo ejemplar de los que estamos pagando los platos rotos de su codicia y su ineptitud", éstas son las palabras con las que Félix García Moriyón concluye su artículo.
Tras analizar estos dos textos, mis preguntas para su autor son las siguientes:
1. Usted expone las ventajas del anarquismo y lo defiende como mejor forma de gobierno para un país, ya que nos permite ser a todos libres y participar en las decisiones precisas, incluso comenta que sigue estando vigente en la actualidad; pero, si así es ¿por qué no ha llegado a prosperar, de forma general, en una sociedad que sobretodo hoy en día exige ser libre?
2. En su texto Obrero despedido, patrón colgado usted se posiciona en contra de la pena de muerte y a favor de estrategias no violentas, pero también considera que en algún momento no queda más remedio que emplear la violencia; entonces ¿no cree usted que en el momento que en un caso justificara la utilización de la violencia como arma no se estaría posicionando a favor de ella? ¿entonces se manifiesta en contra o a favor? ¿me podría explicar esta contradicción?
3. Ante una catástrofe como la ocurrida recientemente en Japón ¿se podría hacer frente con una sociedad anárquica? En un desastre de esas dimensiones se multiplicarían los actos de delincuencia ¿quién y cómo se podría combatir ésto si no disponemos de un sistema de seguridad (policía, ejercito...)?
4. Puesto que no todo el mundo piensa de la misma forma ¿se podría formar hoy en día una sociedad anárquica? ¿cuál sería el primer paso?
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