martes, 1 de marzo de 2011

Jill Price, la mujer que no podía olvidar

 A continuación os comentaré un interesante artículo publicado en 2006 en la revista Neurocience.

Jill Price es una mujer de Los Angeles nacida en 1965 que poseía una memoria autobiográfica extraordinaria que le permitía recordar cada uno de los días de su vida desde que tenía 14 años de edad. Aparentemente, el cerebro de Jill funcionaba de una manera totalmente diferente a lo conocido.

Tras sucesivas investigaciones, se descubrió que todo comenzó un día cuando Jill tenía 8 años y tuvo que mudarse de su casa. Esta hecho le causó un trauma a Jill, que desde entonces se obsesionó por recordar todo lo de su vida pasada. Aunque es a partir del 1980, a partir de los 14 años de edad, que sus recuerdos comienzan a ser “automáticos.

A los 10 años, Jill comenzó a escribir un diario, el cual se convirtió en una obsesión por “anotar las cosas” porque si no se mantendrían en su cabeza. Jill mantendría el hábito hasta cumplir los 34 (50.000 páginas en total)
Jill dice no poder detener su propia memoria, sino que esta funciona de manera descontrolada y automática. Tampoco sabe qué será lo próximo que recordará. Los recuerdos simplemente aparecen en su cabeza, algunas veces cuando alguien menciona una fecha o un nombre, o simplemente al oír una canción en la radio. No importa si Jill quiere recordar ese día o no, su mente revive ese instante viéndolo “tal como lo veía ese día”, y rápidamente salta a otro y de ahí al siguiente.


Jill recuerda como su situación personal se veía agravada por la incomprensión de los demás, a los que le resultaba imposible hacer entender lo que sucedía en su cabeza.


Han pasado los años, pero los científicos todavía no han encontrado una explicación definitiva para la sorprendente memoria de Jill, aunque los escáneres cerebrales parecen indicar que algunas partes de su cerebro son  tres veces más grandes de lo habitual.


Una historia como poco sorprendente la de esta mujer. Al empezar a leer el artículo, lo primero que pensé es en la suerte que tiene esta mujer por poder recordar todo lo que le sucede, pero después de reflexionar he llegado a la conclusión de que es todo lo contrario. Jill no solo recuerda las cosas buenas que le ocurren, sino también tiene en su mente todos los recuerdos malos y desagradable. Este hecho no te puede permitir evulocionar personalmente ni "pasar página" en algunos momentos de tu vida. Además, nuestras percepción de nosotros mismos va cambiando a medida que crecemos y nos olvidamos de la anterior, es decir, construimos nuestra propia biografía con aquellos recuerdos que nosotros queremos. Jill, sin embargo, no puede hacer ésto porque ella recuerda todos sus "yos" de cada uno de los días de su vida.


Finalmente, esta enfermedad que padece Jill es todo un tormento, un bombardeo de recuerdos involuntarios que te hacen ser una persona incomprendida por todos los demás. Ésta puede ser una de las enfermedades conocidas como "raras" y a las que se debería dedicar un mayor esfuerzo por descubrir su causa. Ésto es sólo un ejemplo de los innumerables misterios que puede presentar el cerebro humano.


Bibliografía:
Rafael Robles - Filotic Wiki. Acceso: 1/3/2011
Disponible online:http://www.cabovolo.com/2009/12/jill-price-la-mujer-que-no-puede.html

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