lunes, 10 de enero de 2011

Las Reglas de la Ley

Éste es el título del segundo capítulo del libro El Gran Diseño del que ya os he hablado anteriormente.

Comienza hablando de la importancia que tenían en la antigüedad los dioses, a los que se les atribuían todo lo malo que ocurría. Ésto se debía a la ignorancia de las formas de actuar de la naturaleza por parte de esta gente, y que les llevaba a inventar Dioses. Fueron los jonios los primeros en explicar los fenómenos naturales a partir de leyes y en concreto Pitágoras fue el primer autor de una de ellas. La influencia de este pueblo aumentó y otras personas comenzaron a analizar más a fondo todo lo que observaban e incluso podían crear el comienzo de algunas leyes sin saberlo, como es el caso de Anaximandro, que arguyó que como los niños están indefensos al nacer, el primer humano que apareció en la Tierra debería haber evolucionado de otros animales cuyos retoños fueran más resistentes de niños sino, nuestra especie no hubiera sobrevivido. Ésto es una clara intuición de la teoría de la evolución (podéis ampliar más en las páginas 26 y 27 del libro). Desgraciadamente la visión jónica de la naturaleza ejerció una influencia poderosa, pero sólo durante unos pocos siglos. No todo el mundo creía las cosas que decían y muchos seguían creyendo en sus Dioses, por esta razón los estoicos establecieron varios siglos después una distinción entre los estatutos humanos y las leyes naturales.

Como no había una forma exacta de saber si las leyes que se planteaban eran reales, muchos de sus creadores modificaban a su antojo estas leyes. Es el caso de Aristóteles, que dijo en su teoría del movimiento que los cuerpos caen con velocidad constante y después al observar que en realidad los cuerpos adquieren velocidad al caer, inventó un nuevo principio, que los cuerpos están más contentos y , por lo tanto, se aceleran. Por principios como éste, muchas de las teorías de Aristóteles no tenían ningún apoyo (página 31) 

Cada filósofo o científico se situaba a favor de unas leyes u otros según sus creencias y hoy en día se sabe que algunas de esas leyes sí que eran ciertas, como es el caso de las leyes de Newton, el cual consiguió una amplia aceptación con el concepto moderno de ley científica con sus tres leyes del movimiento y su ley de la gravedad, las cuales todavía se utilizan.

Pero si la naturaleza se rige por leyes, surgen tres cuestiones que se plantean en la página 36:

1- ¿Cuál es el origen de dichas leyes?
2- ¿Hay algunas excepciones a estas leyes, por ejemplo, los milagros?
3-¿Hay un solo conjunto posible de leyes?

La respuesta de muchos científicos, teólogos y filósofos  de las dos primeras preguntas  eran relacionadas con Dios: "Dios creó esas leyes y si quiere las modifica" 
Para mí, atribuir a Dios su creación o dar como alternativa los milagros, solo hace sustituir un misterio por otro. La tercera pregunta yo la contestaría diciendo que es posible que solo exista un conjunto, pero un conjunto que puede crecer cada vez más.


                                         

Por último, destacaría de este capítulo la alusión al libre albedrío que se realiza en las paginas 38 y 39.
Descartes afirmó que la mente humana era una cosa diferente del mundo físico y que no seguía sus leyes. ¿En realidad es así?, ¿tenemos libre albedrío o somos sólo máquinas biológicas? Es cierto que en la vida la forma de actuar de cada uno es independiente, que cada uno hace lo que quiere, pero si por ejemplo nos inmovilizan o nos anestesian localmente, por mucho que nuestra mente se proponga hacer algo no podrá y por lo tanto la idea de libre albedrío en ocasiones es tan solo una ilusión. Aún así, la mente humana seguirá siendo siempre algo muy complejo de estudiar porque ¿por qué sólo nosotros tenemos esta capacidad?

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